El primer viernes fresco de otoño la Federación Argentina de Box (FAB) se vistió de gala y recibió a los espectadores fanáticos de este deporte con un menú muy tentador. Por la World Series Boxing de AIBA (Asociación Internacional de Boxeo Amateur), la franquicia Argentina, Los Cóndores, se enfrentaron con Los Caciques, el equipo de venezolanos, en lo que sería la previa a la gran velada de la noche en la que Juan Carlos “El Cotón” Reveco chocó contra Jesús Vargas, por el título sudamericano de la Federación Internacional de Box (FIB).
La sede, ubicada en Castro Barros 75, es un santuario que refleja en sus paredes las imágenes de grandes íconos que han marcado historia en el boxeo nacional. Cuando se ingresa ya se puede sentir la pasión que se vive entre estas paredes y un perfume a trabajo que grita que aquí, las leyendas que pasaron, lo han dejado todo.
En el medio del establecimiento yace el cuadrilátero, fiel testigo de victorias, derrotas, caídas y levantadas. Las luces bailaban sobre él y captaban la atención de los espectadores, que estaban sentados a su alrededor, y que esperaban con ansias para ver a los gladiadores de turno.
En el transcurso de las contiendas preliminares, y con el correr de los rounds, el público se arrimaba como a esos festivales de rock en los que la gente se acerca con el show comenzado, pero con plena conciencia de que su grupo favorito todavía no se subió al escenario. La vuelta de Reveco generaba mucha expectativa en el público, que deseaba verlo ganar y retomar nuevamente el camino hacia un título mundial.
En algunos rostros se puede ver la sorpresa al escuchar el impacto de los guantes contra la humanidad del rival, como cuando el carnicero del barrio martilla una tapa de nalga para tiernizarla. Es un sonido que, para el que va por primera vez a esta clase de espectáculos, no deja de llamarle la atención. También se oyen los gritos del público, arengando a los pugilistas y las indicaciones de los técnicos entre un asalto y otro.
La noche culminó con una victoria del “Cotón”, por puntos, pero con total claridad y superioridad sobre su rival. El resultado pertenece a la anécdota. Fue una noche para reunir a los amantes del boxeo y mostrar las caras nuevas, tanto arriba como abajo del ring.