El principal objetivo de la nueva normativa de tránsito es prevenir los delitos cometidos por “motochorros” y así ampliar los controles en las calles.
El proyecto fue presentando el pasado 9 de marzo por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta. Esta modificación en la Ley Nacional de Tránsito desató el repudio y el desacuerdo de cientos de motoqueros, quienes realizaron marchas en Plaza de Mayo y en el Congreso en contra de la estigmatización y bajo la justificación “las personas no se patentan”.
La modificación de la ley expresa que el conductor debe llevar el autoadhesivo en el casco con el número de la patente y si en la moto viajan dos personas, el acompañante deberá llevar un chaleco grabado de la misma manera que el casco. También se autorizará al Ejecutivo para definir zonas y horarios en los que no se podrá circular de a dos en la motocicleta. Quien no cumpla con la norma recibirá una sanción económica y también se le podría aplicar una inhabilitación para conducir.
Durante la presentación realizada en marzo último, el Gobierno aseguró que los cambios en la ley buscan una estrategia para combatir el delito en todo el país y regularizar la situación de más de siete millones de motos. También se habló de que en todas las estaciones de servicios del país la carga de combustible deberá efectuarse con el casco, lo cual podrá disminuir la tasa de accidentes porque los otros vehículos identificarán a las motos a larga distancia.
La medida ya funciona en varias ciudades de Colombia y los resultados han sido favorables, pero cada jurisdicción deberá ajustarse a la propia realidad. En caso de que el proyecto fuera sancionado, se tendrá que definir qué tipo de stickers y chalecos deberán usar los conductores y sus acompañantes.
Camila Suárez y Marcos Roncaglia