Si bien en 2013 un grupo inversor había terminado de comprar toda la manzana delimitada por las avenidas Jujuy y Belgrano y las calles Moreno y Catamarca para la construcción de un microestadio para 18 mil personas, un hotel, oficinas, locales, restaurantes y tres subsuelos de estacionamientos, esta idea se derrumbó por completo.
Luego de varias marchas y reclamos, los vecinos del barrio con menor cantidad de espacio verde de la Ciudad -0,4 metros cuadrados de verde por habitante, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda como mínimo 10 metros cuadrados- obtuvieron lo que deseaban: la construcción de una plaza. Se denominará «Manzana 66» y será de total utilidad en el barrio de Balvanera, ya que servirá como un área de descanso pero también contará con sitios para actividades deportivas (caminar, correr, andar en bicicleta, rollers, etc), juegos para chicos y también un espacio para actividades culturales.
Una vez aprobada la ley de este espacio verde, el diputado Javier Gentilini, del Frente Renovador, manifestó a la Agencia de Noticias Télam que «es un gran logro de los vecinos y organizaciones sociales del barrio que se vaya a construir un espacio verde con infraestructura comunitaria para uso cultural, recreativo y educativo en lugar de un estadio cerrado». Además, afirmó que «un estadio en Once hubiera tenido un terrible impacto socioambiental, por la contaminación sonora y la congestión del tránsito y porque se iba a modificar el carácter actual del mismo».
Cabe aclarar que, a partir de ahora, el predio valuado en 461 millones –tasado por el Banco Ciudad- será propiedad del Estado y el grupo inversor que iba a llevar a cabo la construcción del microestadio se quedará con una manzana ubicada en el barrio de Saavedra, entre las calles Vedia, Pico y la avenida San Isidro Labrador, lugar en donde funcionó durante décadas la terminal de la línea 151 de colectivos.
Sofía Díaz, Marcos Roncaglia y Camila Suárez