A casi 16 meses del inicio de su mandato, el gobierno de Mauricio Macri afrontó el primer paro general en su contra, que fue impulsado por la CGT (Confederación General del Trabajo) y al cual se le sumó la CTA (Central de Trabajadores de la Argentina), para protestar contra las medidas económicas.
La medida de fuerza, que arrancó en el primer minuto del 6 de abril, se cumplió en todo el país, aunque la convocatoria más fuerte se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, en donde no hubo clases en las escuelas públicas, el servicio de transporte público se paralizó, hubo pocos taxis y varios cortes en los accesos a la Capital.
Una de las primeras voces del Gobierno fue la de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich –encargada de controlar los disturbios provocados por el paro-, y en diálogo con TN habló de una situación «compleja» por el número de piquetes.
Alrededor del mediodía, la CGT salió a hacer su primer balance sobre la jornada de paro general y según Jorge Sola fue “contundente”. Además, el sindicalista del sector de seguros agregó: «El Gobierno tiene dos años y medio por delante. Nosotros somos parte de la solución, no del problema». Por su parte, Moyano (Camioneros) consideró que «el paro sería exitoso si el Gobierno llama a una mesa de diálogo con los trabajadores en serio, no para la foto».
Al mismo tiempo, el presidente de la República, quien se encontraba inaugurando el Foro Económico Mundial, también se refirió a la huelga, con cierta ironía: «Qué bueno que hoy estemos acá, trabajando. En la Argentina habíamos perdido el diálogo, creemos en la importancia del diálogo”, sentenció, frente a un auditorio colmado de empresarios.
Para afrontar esta medida de fuerza, que se extendió por el resto del día, el Gobierno de la Ciudad determinó la gratuidad en los peajes de las autopistas y de los estacionamientos públicos durante toda la jornada, con el fin de favorecer a los trabajadores para que pudieran acudir a sus trabajos en autos particulares.
Camila Suárez y Marcos Roncaglia