El nado en aguas abiertas es una disciplina completa, por su preparación, por las dificultades que tiene y por supuesto, por lo que cuesta afrontar las diversas peripecias en el desarrollo de las competencias. Los primeros registros de este deporte en la antigüedad datan del 3 de mayo de 1810, cuando el poeta inglés Lord Byronse se convirtió en la primera persona en cruzar a nado el estrecho de Hellespont, en Turquía, una prueba se sigue celebrando, donde participan nadadores de todo el mundo.
En los primeros Juegos Olímpicos modernos de Atenas en 1896, las pruebas se celebraron en las frías aguas de la Bahía de Zea, en la costa del Pireo. Sin embargo la natación en aguas abiertas como disciplina oficial de los JJ.OO no hizo su debut hasta los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 con la prueba de 10km. Los primeros vencedores fueron en la categoría masculina Maartan van der Wejjden de los Países bajos y en la categoría femenina Lara IIchenko de Rusia.
El Campeonato Mundial de Natación en Aguas Abiertas se lleva a cabo desde el año 1991 dentro de los Campeonatos del Mundo de Natación. Son organizados por la Federación Internacional de natación (FINA) y se efectúan todos los años impares. Las mismas cuentan de tres modalidades tanto en la categoría masculina como femenina de 5, 10 y 25 km, están pueden ser organizadas tanto en aguas dulces como saladas y preferentemente en zonas sometidas a pocas corrientes o mareas.
Para entender más esta práctica, Pirámide Invertida entrevistó Fabián Moriano nadador aficionado en aguas abiertas
-¿Qué diferencia hay entre piletas cerradas y aguas abiertas?
Las piletas cerradas son para entrenarte y prepararte para la competencia. En aguas abiertas hay factores que dificultan el nado, como ser el clima, la temperatura del agua y el oleaje. En la pileta se entrena para estar preparado y poder llevar la competencia.
-¿Cómo es la preparación física, alimenticia y mental?
En mi caso, entrenamos 4 veces a la semana totalizando 6 hs. en total de nado. A eso se le suma entrenamientos de running y ejercicios de entrenamiento funcional. La parte alimenticia es similar a la de cualquier deportista. Nos centramos en las proteínas y en los carbohidratos antes del entrenamiento. Lo mental tiene que ver con los objetivos. Al estar acostumbrados a nadar largas distancias nuestra mente está preparada para no sufrir el ‘durante’ que tan pesado es.
¿Cómo es un día de entrenamiento?
Se combina entre entrenamientos de fondo (pasadas largas) y pasadas cortas por tiempo. También se entrena mucha patada y respiración. A su vez agregamos técnica.
¿Creés que en la Argentina se la da importancia al deporte? ¿Hay lugares adecuados para entrenar?
Piletas tenemos un montón, competencias también, pero la realidad es que no se alienta desde el punto de vista olímpico.
¿Por qué decidiste practicar este deporte y en cuantas competencias participaste este año?
Me encanta la natación y al haber entrenado durante toda mi vida, necesitaba una actividad exigente como así también, que al momento de la competencia, disfrute la parte de la conexión con el exterior. Estuve en Chascomús y Baradero, dos clásicos.
¿Cuál es tu meta?
Realmente en este momento no tengo una meta clara, simplemente voy a participar de las competencias porque disfruto el antes, durante y después.
La Argentina contó con grandes nadadores en esta disciplina. Santa Fe dio al primero de los muchos especialistas: Pedro Candioti. Nacido en 1893, el Tiburón de El Quillá -bautizado así por el arroyo en el que dio sus primeras brazadas- tuvo al río Paraná como el escenario de sus grandes hazañas, las que serían recordadas como el primer capítulo de la rica historia de las aguas abiertas en Argentina. Entre el 19 y el 23 de febrero de 1939 llevó a cabo el raid que le daría la fama y el reconocimiento mundiales. A los 46 años, precisó 100 horas y 33 minutos para unir San Javier con la capital santafesina. Así consiguió el récord mundial de permanencia en aguas abiertas.
También contó entre otros con Alfredo Camarero, Horacio Iglesias, Claudio Plit, Diego Degano, Gabriel Chaillou y Damián Blaum entre los hombres y Pilar Geijo, María Inés Mato (con una pierna amputada cruzó el canal de Beagle, entre otras hazañas) y la propia Biagioli entre las mujeres, son sinónimo de éxito.
Por Florencia Galaratti y Mónica Morán