Sandro Mareco no pasa desapercibido en el Círculo de Ajedrez de Villa Martelli. Su brillante currículum en la materia lo precede. El oriundo de Hurlingham acaba de empatar su partida con su coterráneo Tomás Sosa, en un cotejo por el Torneo Superior de la Liga Nacional de Ajedrez. Situado en el puesto 159 del ranking mundial de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), y con sólo 29 años, se ganó con creces el título de Grand Master (categoría más alta en el deporte) en 2010 a base de esfuerzo, obteniendo el Campeonato Sudamericano Sub 20 en 2007 y compitiendo palmo a palmo con los mejores del mundo en torneos internacionales. Es uno de los jugadores con mayor proyección de la Argentina y habló con Pirámide Invertida.
– ¿Qué sensaciones te quedan luego del empate con Tomás Sosa?
-Fue una partida tensa, competí contra Sosa, que es maestro internacional, nos conocemos mucho y hasta es de Hurlingham como yo. Venía controlando el juego pero en un momento hice una jugada mala y no pude remontarlo.
– Fuiste campeón americano en 2015 en Uruguay y has competido internacionalmente muchas veces. ¿Qué metas te trazás en tu carrera?
-Actualmente, además de jugar también entreno jugadores que son de alto nivel por lo que no me es tan fácil ponerme metas concretas como jugador. De todas maneras, quisiera ponerme 7 u 8 del ranking de Latinoamérica y subir al puesto 120 del mundo para el año que viene, y así poder enfocarme en el juego de lleno.
– ¿Cómo surgió la idea de entrenar otros jugadores?
-Me gusta entrenar jugadores, pero lo hago básicamente por una necesidad económica, para poder costearme los viajes a los torneos más fuertes, que son la mayoría en Europa.
– ¿En qué medida se dificulta que el deporte sea amateur para jugadores de alto nivel como vos?
-Pasa que muchas veces es difícil conseguir apoyo, así que tratamos de generarlo nosotros. Lo complicado es pagar los vuelos, que son lo más caro del viaje. Después y en general, en los torneos suelen pagarte hotel y comida por ser gran maestro.
– ¿Cómo nace tu amor por el ajedrez?
-Mi papá me enseñó a mover las piezas de muy chico, después me atrajo el juego en la escuela, aunque jugué un tiempo pero dejé durante una época. Más tarde cuando cumplí 13 años empecé a jugar en el Club El Retiro de mi barrio y después fui haciendo mi carrera de manera independiente
– ¿En qué momento te diste cuenta que estabas para cosas grandes, que no eras un jugador del montón?
-No estaba tan claro, en la escuela me iba bien pero era un jugador normal; la verdad que nunca creí que iba a llegar hasta donde estoy. Era muy difícil también saber si iba a funcionar cuando empecé, la idea la menos era intentarlo.
– ¿En qué pasaje de tu carrera estás actualmente?
-Me siento bien con mi juego, tengo muchas ganas de mejorar, soy consciente que desde que empecé hasta acá tuve un progreso muy grande.
-¿De qué seres queridos te acordás después de haber llegado hasta dónde llegaste?
-De mi familia y de mis amigos. Mi mamá especialmente. Todos ellos creyeron en mí desde un principio y eso fue muy importante para mí.
Por Rubén Telias Aguilar