En la Ciudad de Buenos Aires se entierran a diario más de 5 mil toneladas de basura. Por este motivo, no sólo el Gobierno impulsó varios proyectos con respecto al reciclaje, sino que distintas estructuras y organizaciones también lanzaron campañas para superar esta problemática.
“Basura Cero”, una ley promulgada en enero de 2006 y reglamentada en mayo de 2007, es el proyecto más importante y destacado, que permite compatibilizar virtuosamente economía, trabajo y limpieza, ya que ofrece una solución para la crisis en la que se encuentran los rellenos sanitarios, que se agotan y son muy resistidos por los vecinos; genera una actividad económica que demanda una importante mano de obra y crea un circuito de materiales y energía eficiente y ambientalmente sustentable.
Esta ley fija objetivos de reducción progresiva del enterramiento de residuos. Establece un cronograma con plazos concretos: reducción de un 30% para el año 2010, de un 50% para 2012 y un 75% para 2017. Prohíbe, finalmente, el enterramiento de residuos aprovechables y reciclables para el año 2020. Para el año 2010 se cumple la primera meta de una reducción del 30% del total de residuos enviados a los rellenos respecto de lo enterrado en el año 2004 (1.497.656 toneladas).
El programa también prohíbe la incineración de residuos en todas sus formas, con y sin recuperación de energía. La prohibición estará vigente al menos hasta que se llegue al objetivo de reducción del enterramiento del 75%, un término medio al que se llegó ante la presión de la industria, que no estaba de acuerdo con esta prohibición. Una vez alcanzado ese porcentaje, se prevé reiniciar las discusiones sobre la habilitación de la incineración o no.
Esta prohibición es imprescindible para la correcta aplicación de un plan de Basura Cero, ya que el plan apunta a reducir el enterramiento de residuos para su reaprovechamiento en el circuito productivo o natural, a través de la reutilización, el reciclaje y compostaje.
Si la incineración hubiera quedado habilitada, esto brindaría un incentivo para reducir el enterramiento por esa vía, lo que generaría severos impactos ambientales y de salud.
El sistema contemplado en la ley incluye la separación en origen. En principio se busca la separación entre residuos secos y húmedos, y se contempla un cronograma paulatino para concientizar y enseñar a los ciudadanos a separar correctamente.
La separación en origen y la recolección diferenciada también son clave, ya que evitan que los distintos tipos de residuos se mezclen y contaminen entre sí. Manteniendo los materiales limpios aumenta considerablemente el porcentaje recuperable y disminuye lo que se entierra. Son hábitos que exigen mucho diálogo, incentivos y premios para instaurar, pero una vez incorporado, se realizan de modo rutinario y traen enormes beneficios en toda la cadena de los materiales.
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires organizó un concurso llamado “Suma Verde” con el fin de fomentar la separación de residuos en origen. Esto es para todos los alumnos de cuarto año y consiste en sumar puntos por cada botella y envase PET llevado hacia los “puntos verdes” habilitados desde el 7 de septiembre en algunas plazas y parques de la ciudad. PET es un tipo de plástico comunmente utilizado en envases y botellas de gaseosa, agua y aceite, entre otros. Además de ser 100% reciclable, sus aplicaciones varían desde la fabricación de más envases hasta la producción de abrigos de polar. Los envases PET entregados deberán estar vacíos, sin ningún contenido ni líquido adentro.
Otra campaña es la impulsada por los trabajadores de reciclado de distintas partes del país, junto a organizaciones sociales y ambientales: la campaña “Reciclado en Nuestras Manos”, con el fin de visibilizar las tareas que realizan y la importancia del “servicio ambiental”. Durante el mes de septiembre, integrantes de las distintas organizaciones y cooperativas de cartoneros difundieron en parques y plazas información sobre cómo separar los residuos en origen.
Son varios los proyectos y campañas creadas para concientizar al ciudadano sobre la importancia del reciclaje, no sólo por la limpieza, sino por la contaminación y los riesgos en la salud que se pueden ocasionar si no se recicla y se vive con la basura desbordando los containers, toda junta y mezclada. Cada barrio tiene un lugar cercano al cual acudir para poder llevar la basura separada como se debe y lograr el reciclaje adecuado. Todo esto, ya sea en las “campanas” verdes o en los puntos verdes, pero incluso los barrios cerrados tienen pautas que cumplir en torno a esto, deben separar la basura como se nos pide a todos. En los tachos verdes van los plásticos, el papel y el cartón, todos limpios y secos, y en los tachos negros van los residuos húmedos, los plásticos sucios, los vidrios rotos, los restos de comida, entre otros.
Por Martín Cristiani