En una charla con Jonathan Righero de 23 años, jugador de la primera división de básquetbol en el Club Social y Deportivo Imperio Juniors y entrenador desde hace ya tres años de las divisiones menores del mismo, Pirámide Invertida habló con él sobre la importancia de la etapa formativa en el deportista. Encargado de la enseñanza a chicos que van desde los 5 hasta los 14 años. Un docente de alma que esta terminando sus estudios en el profesorado de Educación Física y anhela con vivir de esta profesión. A principios del año que viene se encargará de la coordinación de las divisiones infantiles de básquetbol de Ferrocarril Oeste. Desde temprana edad construyendo un gran futuro.
–¿Qué significa para vos entrenar a chicos de tan corta edad?
-Es un compromiso y es algo que está muy bueno la verdad, lo disfruto mucho. Porque es en la edad justa donde vos agarrás a los nenes y le podés transmitir muchísimas cosas. Yo soy entrenador de básquet pero formo personas ante todo y gracias a Dios este club inculca mucho el tema de los valores. Trato de formar buenas personas de verdad.
–¿Y qué valores y enseñanzas tratás de inculcarles día a día?
-Lo fundamental es el tema del compromiso, el ser responsable, el respeto y el compañerismo. Todos estos valores le van a servir al nene para la vida y no solamente para el deporte. Intentamos ir por ese lado, que el chico aprenda lo que conlleva asumir una responsabilidad.
–Entre los 9 y los 14 años es el comienzo de la etapa de formación para un jugador, ¿Cómo sobrellevás esta responsabilidad sabiendo que muchos de los chicos inconscientemente empiezan a construir su futuro sin saberlo?
-Es una edad complicada, ya que a los 14 años están entrando en la adolescencia. Pero creo que uno desde su lugar al chico no lo tiene que apurar, él mismo viene a hacer deporte porque le gusta y un profesor se da cuenta si lo obligan o no. Hay que estar bien capacitado.
-Porque a esta edad ya se empieza a notar aquellos que pueden desarrollar un futuro en el deporte…¿O no?
-Ni hablar, al que se le ve que tiene futuro o «pasta» lo que hay que hacer es intentar apoyarlo, motivarlo y hacerlo que se sienta cómodo. Pero siempre desde la inclusión y no diferenciando de los que tal vez no tienen tantas capacidades para el deporte. Se los trata a todos por igual. Lo que si hace el club es dividir la competición en «tira A» y «tira B», y ahí es cuando se busca nivelar. Pero a ningún chico se lo excluye, se busca que todos practiquen el deporte, sociabilicen y mantengan una unión.
–¿Notás presión por parte de los padres hacia los nenes?
-No tanto. Gracias a dios el básquet no es tan parecido al fútbol, no es un ambiente tan competitivo y agresivo, mantiene un poco el amateurismo. Los padres son muy solidarios y ojala esta costumbre se mantenga.
–¿Creés que la tecnología es un hábito que influye de mala manera en la generación moderna?
-La verdad que sí, influye de mala manera. Antes, el chico estaba todo el día en un club con los amigos haciendo deporte y hoy se sientan en la computadora o a jugar a la Play. Pero yo creo que como docente, los padres lo que tendrían que hacer es intentar buscarle la vuelta y ver de qué manera se le puede sacar fruto a esta nueva costumbre. Tengo la filosofía que no queda otra que adaptarse. Si no te adaptás al sistema se complica, pero siempre buscándole el lado bueno a las cosas.
–Relacionado al dinero, ¿La mayoría de los materiales y los viajes que se hacen para competir son solventados por el club o algunas cosas son «bancadas a pulmón«?
-Como todo club de barrio hay que rebuscársela entre todos. Por ejemplo, la otra vez con los chicos de mini básquet se organizó un baile para poder pagar un viaje a Córdoba, ya que vino un club de allá a compartir un fin de semana con los pequeños y a la semana siguiente les tocó viajar a los nuestros y de esa forma abaratamos los costos. En conjunto todo es más fácil.
–¿Qué importancia pensás que tienen los clubes de barrio en la juventud?
-Un club de barrio lo es todo, hasta tiene más importancia que uno de renombre o llamado «grande». Estos clubes agarran a los chicos que están en la calle, de hecho de los 40 nenes que tengo en la escuelita mayor, diez son invitados por mi. Los he encontrado dando vueltas por el club muchas veces esperando a la hermana que salga de alguna actividad y los invité a que se sumen, como los padres no podían bancar la clase económicamente hablé con mi padre que es directivo de acá y me permitió ceder esta oportunidad. Son muchos factores que influyen mas allá del deporte, el club de barrio te forma como persona.
–¿Proyectás seguir por este camino como entrenador de divisiones infantiles o anhelás con llegar a divisiones mayores?
-Yo llevo en el alma la docencia de profe de aula. Me gustaría ser docente de educación física en colegios, pero si se me da la oportunidad de seguir el resto de mi vida ligado al básquet va a ser, como te comenté, formando personas. No soy tanto de la pizarra en mano desde el banco.
–¿Cuál creés que es el significado del deporte como factor en el crecimiento y desarrollo de un niño?
-Yo creo que el deporte te forma como persona. Te da valores, te enseña a caminar por la vida. Siempre recuerdo y transmito una frase que me dijo una vez un profesor mío: «Vos jugás como sos en la vida». El deporte es formación. El deporte es salud. El deporte es todo.
Autores: Nicolás Cipriano, Julieta Ravecca y Lorenzo Gutiérrez.
Segundo B, Turno mañana.