El maltrato animal es un hecho que no resulta novedoso. A diario somos testigos de actos despiadados hacia seres que son incapaces de defenderse de la agresión humana. Esto deja a la vista una importante falta de conciencia social y de responsabilidad. Es un tema muy delicado, que requiere saber interpretar el sufrimiento de cada uno de ellos y extremar los cuidados.
La defensa se basa en un principio de tolerancia y respeto hacia la vida de los animales. En nuestro país existe una ley que fue sancionada por el Senado y la Cámara de Diputados, en la que se establecen penas para las personas que maltraten o los hagan víctimas de actos de crueldad. En uno de los artículos deja en claro que será condenado a prisión de quince días o un año todo aquel que propine malos tratos o protagonice actos de inhumanidad hacia los animales.
Es importante saber que las actitudes de algunos individuos se dan al intentar descargar su ira contra quienes se encuentran en condición de inferioridad, como los animales. Otra causa de estas conductas se puede encontrar en la educación que se les brinda a los niños desde su infancia. Probablemente repiten la lección que aprendieron en sus casas por parte de sus padres. A veces estas actitudes se desencadenan sin noción del mal que se le provoca al animal, pero en otras ocasiones se las realiza con plena conciencia.
En el caso de los perros que padecen de maltratos físicos y/o psicológicos son generalmente producidos por sus propios dueños. Estos daños les pueden generar severos trastornos en su comportamiento que causan síntomas de depresión, estrés, miedo y una desconfianza que les va a producir problemas para relacionarse con otros animales o personas, e incluso una conducta agresiva. Este comportamiento en las mascotas es indicio de que sufren de algún tipo violencia.
En la actualidad existen diversas organizaciones que intentan proteger a los animales de estas agresiones. Una de ellas es una reconocida ONG, sin fines de lucro, denominada el “Campito Refugio”, que cuenta con más de 500 perros. Es la encargada del proyecto la “Caminata por la vida”, que busca una ley que prohíba las carreras de perros. Estos refugios tienen como objetivo en primer lugar impedir el maltrato animal y por otro lado lograr un cambio en la comunidad, poniendo un freno a las costumbres de los ciudadanos y generar conciencia de que la crueldad hacia cualquier ser vivo no está justificada, es inadmisible. Los pilares de dicho cambio consisten en fomentar la responsabilidad en la educación de los niños, adoptar en vez de comprar; denunciar los casos de agresión y la venta ilegal de los animales; la esterilización para evitar la excesiva propagación, cuidarlos adecuadamente y no abandonarlos en caso de no poder hacerlo.
A veces llegan noticias positivas, cuando quienes aman a los animales rescatan a perros de las calles y/o basurales, los curan, les dan cariño y los adoptan. Estos hechos, al ser viralizados en las redes, producen una suerte de antes y después, generan conciencia y inducen a la gente a animarse a imitarlos.
Por Yanina Díaz, Daniela Gamarra, Marianela González, Micaela Peréz y Micaela Romero