Arsene Wenger se convirtió en un símbolo del fútbol inglés gracias a su larga estadía en el Arsenal, lugar al que llegó hace ya 20 años, más precisamente el 1 de Octubre de 1996.
Las puertas del Arsenal se le abrieron tras la escandalosa salida de George Graham, que fue despedido por haber aceptado un soborno que alcanzaba las 425 mil libras de parte del representante de los jugadores John Jensen y Pal Lydersen para que sean contratados por el club.
Cuando Dein, el vicepresidente en ese momento, propuso su nombre para tomar las riendas del club, el francés dudó, ya que se había adaptado rápidamente a una cultura distinta (dirigía al Nagoya Grampus, de Japón) y a su vez estaba a la espera de su primera hija. Debía decidir entre seguir en un estilo de vida distinto, o acercarse un poco más a su familia. Priorizó lo segundo. El proyecto y las facilidades que permitía un club de la envergadura y de la infraestructura de los Gunners, fue una tentación difícil de resistir. Sin embargo, Wenger llegaba con la esperanza de revolucionar un fútbol poco vistoso. Y con el correr de los años, terminaría dando sus frutos: en estos 20 años, Arsenal construyó un nuevo estadio y nuevas instalaciones deportivas para los entrenamientos. Pero sobre todo, el francés llevó un nuevo método de entrenamiento y un estilo revolucionario para la mentalidad inglesa de aquella época.
Los jugadores de los que disponía ayudaron mucho a la idea que disponía Wenger y se adaptaron con facilidad a su sistema de juego. Patrick Vieira le dio el salto de calidad al mediocampo, y Nicolas Anelka se convirtió en un delantero imprescindible. Por si fuera poco, su equipo causó sensación en la liga ganada en 2003-04, gracias a los jugadores talentosos que tenía en el plantel, que contaba con una defensa sólida y la ayuda en el ataque de un asentado Dennis Bergkamp sumado a Robert Pires y Thierry Henry. Pero hubo un punto de inflexión: la construcción del Emirates Stadium, que le recortó mucho el presupuesto. Esto obligó al técnico a comenzar a incorporar jóvenes talentos a un precio relativamente razonable para formarlos y venderlos con una valor aún mayor. Así el caso de Cesc Fábregas, Robin Van Persie o Samir Nasri, entre otros.
Ferguson y Wenger fueron los últimos “dinosaurios” de una camada casi extinta: 27 años pasó el primero hasta su retiro al frente de los Diablos Rojos, mientras que el segundo sigue escribiendo páginas en su historia Gunner. Números sorprendentes para un fútbol cada vez más exitista.
En sus vitrinas acumula 2 Premier League (1998, 2002 y 2004), 5 F.A Cup (1998, 2002, 2003, 2005, 2014 y 2015) y 6 Community Shield (1998, 1999, 2002, 2004, 2014 y 2015)
Alan Rodríguez, 2do B T.T.