Cuando se intenta dilucidar al mundo del automovilismo sólo aparecen en la mente figuras como Juan Manuel Fangio, Alain Prost o Michael Schumacher. Se tiene una mirada sobre la cantidad de carreras ganadas, poles logrados y muy difícilmente se trata de conocer cómo se mueven internamente. No sólo cómo se maneja una escudería en sí, sino qué pasa por la cabeza de cada corredor, cómo se sienten al comienzo y al final de cada competición y qué les deja a ellos tanto un logro como un fracaso.
En muchos deportes comenzó a utilizarse hace un poco más de 15 años la psicología para fortalecer a los deportistas. Lo que en otro momento fue un tabú hoy es parte de lo cotidiano. El mundo de los deportes de motor no es ajeno a esta corriente y son cada vez más los pilotos que afirman haber recurrido a los servicios de un profesional de la psicología del deporte. El ejemplo tal vez más conocido y cercano es el del piloto finés Jari Matti Latvala, quien a fines del 2013 comenzó a trabajar con el psicólogo deportivo suizo Christopher Trejer. La primera victoria no se hizo esperar, ya que fue en febrero de 2014 y reconoció que la disciplina lo ayudó para soportar las acometidas de su compañero Sebastián Ogier. En la Formula 1, el equipo Mercedes fichó en el año 2014 al psicólogo de los All Black, Ceri Evans, para ayudar al equipo a manejar la presión de sus dos pilotos Lewis Hamilton y Nico Rosberg.
En el terreno local también se instauró un movimiento en el mismo sentido. Andrea Ricagno es una profesional que lleva años ejerciendo como psicóloga deportiva en distintas disciplinas, destacándose en el Club Atlético Independiente y en el Club Atlético Huracán. Hoy a cargo de la escudería de Catalán Magnis Motor Sport.
Desde principio de este año comenzó a trabajar junto Juan Tomás Catalán Magni, un joven de 17 años, quien lleva en su sangre el amor por el ruido de los motores y que en su afán de progresar y dejar ciertos temores de lado optó por recurrir a la psicología. “El trabajo psicológico me ayudó muchísimo, lo note desde el primer día que no era el mismo piloto y que podía dar mucho más de lo que tenía y no lo habría podido demostrar hasta que arranque con Andrea Ricagno”, expresó Tomás en diálogo con Pirámide Invertida. Y acotó: “Mejoré mucho la toma de decisiones, la agresividad al manejar, la confianza y sobre todo poder disfrutar de hacer lo que me gusta. El año pasado ni siquiera podía subirme al auto de los nervios y hoy lo hago como algo normal; me encanta porque disfruto de lo que me gusta y mejoré en todo sentido como piloto”.
Andrea refleja cómo es el trabajo en esta actividad, que no hay mayores diferencias con otros, pero se pone mayor énfasis en el trabajo de concentración y planos atencionales. “Una falla en esto puede implicar una maniobra de riesgo o despistarse, como también trabajamos en el control de sus pensamientos porque estos también pueden sacar su foco atencional”, aclara la profesional.
A la hora de controlar la ansiedad, comentó que los ejercicios son iguales a otros deportes, pero que se enfoca en conocer el nivel de activación o calentamiento para largar y así lograr estar durante la clasificación, serie y carrera en un nivel óptimo, ya que al alcanzar dicho estado y con la ayuda de las técnicas de relajación respiratorias se permite controlar la ansiedad. Pero estas técnicas no sólo son utilizadas el día de la carrera, también las practican el fin de semana de la competición y, tanto con el equipo junto con Juan Tomás, hacen un taller de coaching y estudian los objetivos para la competencia.
Se estudia cada detalle y se ve cuál es la mejor opción para cada momento. Sobre este aspecto, Andrea aclara: “Los trabajos van variando según los objetivos propuestos, comenzamos a trabajar en enero en que disfrute, porque lo domingos no quería subirse al auto, y eso al superarlo llevó otros desafíos y así hasta esta etapa de la Copa de Oro. Siempre trabajamos en función de los objetivos que nos ponemos”.
La realidad es que Juan Tomás obtuvo sus frutos. Ganó su primera carrera en julio de este año y el último fin de semana finalizó tercero en el TC Mouras de La Plata. Los tiempos avanzan, las nuevas técnicas ayudan a fortalecer lo que es innato y dan la posibilidad de que con estos recursos se puede ampliar la posibilidad de mejorar y entender sin lugar a dudas que la “cabeza manda” y hay que ayudarla a que este mejor.
Por Florencia Galaratti y Mónica Morán