Las bibliotecas del barrio porteño de Villa Crespo tienen ese no se qué… A pesar de contar cada una con su propio estilo, todas pregonan el amor por los libros y el maravilloso mundo del papel. Ese mismo que, incluso, puede conducirnos hacia los infinitos universos posibles que existen detrás de cada género y autor.
La biblioteca Julio Cortázar funciona como anexo en una propiedad del bohemio barrio a la cual bautizaron como “La Casa de la Lectura”. Sobre la calle Lavalleja, precisamente al 924, se encuentra ubicado este multiespacio inaugurado en el año 2005. El lugar no es céntrico; por el contrario, está en una calle tranquila alejada de los outlets, los cuales se instalaron hace ya unos años y al parecer de forma definitiva.
Sus grandes portones de vidrio se abren al público de lunes a viernes en horario de oficina y los fines de semana cuando hay alguna actividad. En su planta baja hay una recepción y un espacio al cual debe sumarse un salón con 120 butacas y una tarima en la que puede haber mesa y micrófonos. Si visitamos el primer piso, encontraremos el sector de oficinas administrativas y una sala con archivos digitalizados sobre material literario, como libros y revistas.
Además, cuenta con un auditorio y un hall de exposiciones. Allí se concentra una variada oferta de actividades culturales: una de las más recomendables es el ciclo de cine, que suele ser temático.
Susana Villalba, la jefa a cargo, deja su conclusión para Pirámide Invertida: “La Casa de la Lectura pertenece a la Dirección del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la cual tiene a su cargo la red de bibliotecas públicas de la Ciudad. Está dedicada a actividades de promoción de la literatura en todas sus formas, por lo cual organizamos actividades destinadas a que el público conozca a los escritores y los libros que le son contemporáneos. Charlas con narradores y ensayistas, recitales de poesía, performances teatrales y musicales basadas en textos literarios, así como también películas”.
Laura Amaya, del departamento audiovisual, agrega: “Este año ofrecemos un ciclo dedicado al cine nacional contemporáneo llamado ‘cine para lectores’. Se trata de una selección de películas, entre ficciones y documentales, que promueven con absoluta determinación la posibilidad de una profunda expansión perspectiva, con nuevas imágenes y pensamientos. Una oportunidad para descubrir talentosos directores de cine que logran filmar historias extraordinarias”.
Carolina Essess, del área de difusión, comenta: “Los servicios que presta son básicamente culturales, en especial referidos al libro, y se ofrece un espacio para este producto y sus autores, tanto en poesía como en prosa y ensayo. Por esto creo que vale la pena acercarse hasta aquí. Quienes escriben y logran publicar, con esfuerzo, un libro, a menudo no pueden difundirlo por falta de medios, lo que crea una frustración que sólo comprenden quienes han pasado por ella. Otra situación que desanima es dejar los propios escritos, en especial poesía, en un cajón por no poder leerlos en público. No importa cuántas personas asistan; el poeta levantará su voz para que sus ideas, expresadas en palabras, lleguen a quien tenga interés en escucharlas”.
Leticia Letieri, del sector de programación, agrega: “Aquí, un libro puede ser presentado y quien quiera tiene la posibilidad de leer sus trabajos. Además puede, si desea, donar ejemplares que haya escrito a bibliotecas públicas en este distrito, garantizando que permanecerán en el tiempo, como un legado, aunque su tirada no hubiera sido contabilizada en miles de ejemplares”.
Sandro Centurión, del departamento de coordinación, comenta: “También ofrecemos seminarios para acercar distintas formas de escritura a la gente. Todas las actividades son gratuitas y, siendo un lugar estatal, se encuentra abierto a que la gente solicite el auditorio con propuestas similares a las organizadas por nosotros o para presentar sus libros y espectáculos. Además contamos con el Hall de Exposiciones y la biblioteca de narrativa contemporánea, donde la gente puede asociarse gratuitamente para retirar libros de su interés”.
Andrés Acevedo, coordinador general, concluye: “El campo editorial, en estos tiempos en que la tecnología juega un papel importante en la sociedad, parece haber pasado a un segundo plano, pero es importante para la cultura y la sociedad. Por ello son importantes espacios como la Casa de la Lectura, para que todos quienes deseen expresarse a través del arte de escribir tengan un espacio y la oportunidad para ello”.
Por Diego Pirpignani