Para qué sirve y cómo se canaliza y controla la colecta de Cáritas

La colecta de Cáritas Argentina es una de las más importantes a nivel nacional, y de las más conocidas por la gente. Para saber un […]

La colecta de Cáritas Argentina es una de las más importantes a nivel nacional, y de las más conocidas por la gente. Para saber un poco más sobre esta tradicional iniciativa solidaria, Pirámide Invertida charló con el responsable de la colecta de la zona Zárate-Campana, Ariel Pérez, quien amablemente dio detalles al respecto.

Cabe aclarar que no es la misma que se hizo hace unos fines de semana, con la cual es fácil de confundir porque son similares y ambas son llevadas a cabo por la iglesia católica. La base sustancial de esta colecta es ayudar en las necesidades básicas de la gente: «La idea es que las regiones del país que tienen más colaboren con las que más lo necesiten. Se junta dinero para proyectos de promoción de personas pobres y crea la conciencia de solidaridad. La otra está destinada a lo estructural y no tanto a las necesidades específicas, como por ejemplo bienes de servicio, edificios, movilidad; lo recaudado es envidado a una comisión episcopal y ellos lo destinan según los requerimientos», señaló Pérez a manera de introducción.

No esquivó los detalles a la hora de describir de qué manera la plata que se recauda es utilizada: «Lo aportado por la gente se divide en tres partes: un tercio se queda en cada parroquia para que ésta pueda sortear los gastos que requieren las instituciones que están a su cargo (medicamentos y comida para el hogar de niños, por ejemplo); otro tercio se envía a la Cáritas diocesana para que ayude a la gente que lo necesita en su jurisdicción; y el resto se envía a la nacional, que deja lo juntado para ayudar a los requerimientos de las diocesanas. A principio de año se reparten unos volantes donde está detallado al máximo cómo se usó lo recaudado y en qué se gastó».

Pérez también se refierió a temas ligados con lo administrativo: «Cada 3 años se obliga a Cáritas a presentar un balance total para demostrar el gasto limpio de esa plata. Mucha gente piensa que todo lo que va a las parroquias se lo gastan los curas en lo que quieren, pero ellos ni ven esa plata; todo lo junta gente de confianza que seleccionan en cada iglesia y se vigila que no se queden con nada, pero de igual manera hay mucha desconfianza. Todo lo juntado directamente se deposita en una cuenta bancaria de la Cáritas Nacional y ellos lo dividen. Es una colecta imperiada, que quiere decir obligatoria, y tienen que hacerla todas las parroquias».