Cuando mencionamos que una obra de teatro se ubica en el corazón de la calle Corrientes, solemos pensar, a priori, que se trata de una obra destacada, con grandes personajes y figuras del espectáculo, pero por sobre todo, que tiene actores que realizan, función tras función, sus trabajos y roles de manera sobresaliente. Chicos Católicos Apostólicos y Romanos confirma la suposición.
En el confortable salón 2 del teatro Metropolitan Citi, Corrientes 1343, Juan Guilera, Nicolás Maiques, Juan Paya, Emyliano Santa Cruz y Agustín Sierra protagonizan los viernes y sábados, a partir de las doce de la noche, Chicos Católicos, Apostólicos y Romanos, una comedia dirigida por Carlos Kaspar, y que a partir de comienzos de 2016, arrancó su séptima temporada. Esta obra, que se puede disfrutar desde un punto de vista panorámico (producto de la estructura de los asientos de la sala), presenta un humor dirigido a un público de todas las edades, pero especialmente pensado para los mayores, quienes logran captar rápidamente la calidad de las interpretaciones de los actores.
La obra gira en torno a cuatro chicos de quinto grado pertenecientes a un colegio privado y católico que están a punto de tomar la comunión, y tienen una gran intriga, ansiedad y preocupación alrededor del suceso. Desarrollado en un escenario pequeño, la escenografía recrea la imagen de un Cristo excelso en el centro, y dispone de cuatro sillones pufs adelante, que pueden ser también interpretados como cubos. Los protagonistas cuestionan de una manera irrespetuosa los planteos acerca de los pecados capitales, la sexualidad, la iglesia como institución, el cielo, el infierno y demás tabúes.
Los personajes encarnan la crueldad pura de chicos de 10 años que tienen ciertas necesidades con su cuerpo y las van descubriendo a medida que van creciendo. Además, Juan Guilera, Juan Paya y Emyliano Santa Cruz componen a tres sacerdotes heterosexuales, mientras que Nicolás Maiques, luego de interpretar a un chico gay, confecciona el papel de monja. Por su parte, Agustín Sierra, desde el principio de la obra, representa al portero de la escuela que quiere tratar de convencer a los cuatro chicos para que tomen la hostia con sus otros compañeros.
La obra reflexiona sobre la realidad social, desde una clara crítica a la discriminación, el bullying y la agresión que sufren los diferentes personajes, como el chico obeso, el homosexual o el portero proveniente de una clase social baja.
Chicos Católicos, Apostólicos y Romanos resulta una obra muy recomendable, en la que durante 90 minutos el público no podrá parar de reírse, llevándose también a su casa un aprendizaje sobre algunas costumbres y valores cuestionables de nuestros días, pero que gracias al humor se los puede sacar a la luz y, porque no, corregirlos.
Por Gonzalo Mijangos