Si bien faltan poco más de dos meses (la cita del 25 al 27 de noviembre en Croacia), el capitán argentino de Copa Davis, Daniel Orsanic, empezó a diagramar junto a sus ayudantes lo que será la quinta final que dispute la Argentina por La Ensaladera, la gran cuenta pendiente desde hace muchos años.
Hay ciertos aspectos que Orsanic tiene en claro: uno de ellos es el liderazgo de Juan Martín del Potro. Luego de su semana soñada en los JJ.OO., en donde venció a Novak Djokovic y a Rafael Nadal, su gran performance en el US Open al llegar hasta los Cuartos de Final, y su resonante victoria frente a Andy Murray en el primer punto de las semifinales de la Davis, está asegurado como el as de espada en la final frente al conjunto croata.
El año emocional que vive el tandilense invita a soñar. Aunque es cierto que arrastra más de 3 años sin pretemporada y su físico necesita un cuidado diferente al de un tenista en actividad regular. En declaraciones a TyC Sports, luego de la victoria frente a Gran Bretaña, el medallista de plata en Brasil destacó que piensa en modificar su calendario de acá a noviembre para llegar en las mejores condiciones y no sufrir ningún tipo de molestia o lesión.
La controversia que se generó durante la serie en Glasgow dejó en evidencia que Del Potro no estaba para jugar los tres días. Sus ganas están, pero su físico no. Su fortaleza está en el single, donde hace una diferencia enorme y sus rivales ya lo respetan como en aquellas grandes etapas en el circuito cuando fue número 4 del mundo.
Otro asegurado para la final es Leonardo Mayer, impensado héroe en la Semifinal. El correntino se recibió de “copero” al darle el quinto punto a nuestro país. Su andar irregular en el circuito (actual 128° del ranking ATP) no le impidió mostrarse como un jugador clave para las aspiraciones de salir campeones.
El “Yacaré” lleva 10 partidos de singles invicto en Copa Davis. Sin dudas es un jugador que se motiva al jugar este certamen, algo similar a lo que ocurría con David Nalbandian, y que permite mantener la esperanza de vencer al equipo europeo que tendrá como máximo referente al 11° del mundo Marin Cilic.
Para completar el equipo hay diferentes variantes posibles. Uno que asoma por encima del resto es Guido Pella. Su gran victoria frente a Kyle Edmund, demostró un alto nivel tenístico y lo posiciona para convertirse en otro asegurado.
El bahiense (49° en el ranking) viene en levantada en el circuito y es la raqueta número dos del país, detrás de Federico Delbonis (41° del mundo). “Delbo” integró el equipo en las semifinales, pero no disputó ningún partido. Sin embargo, está muy bien considerado por Daniel Orsanic.
Más atrás viene la otra camada de tenistas capaces de integrar el equipo y esperando su oportunidad. El de más renombre es el tandilense Juan Mónaco (91° en ranking) que viene de varias lesiones en el año y todavía no pudo asentarse en el circuito. Igualmente es un jugador de experiencia a quien el entrenador valora por su ascendencia en el grupo.
Diego Schwartzman, Horacio Ceballos y Carlos Berlocq completan la nómina de jugadores posibles a la hora de la elección definitiva. Los tres vienen de un año irregular y, salvo bajas por lesiones, difícilmente formen parte de la final.
Por otro lado, el conjunto croata tendrá a su mejor jugador, Marin Cilic, como arma principal para lograr su segunda Copa Davis luego de la obtenida en 2005, cuando venció por 3-2 a Eslovaquia. Borna Coric de 19 años es el segundo singlista de los croatas y una de las promesas del circuito. Actualmente ocupa el puesto 42 del ranking y fue el arma crucial para vencer como visitante a EEUU en cuartos de final. El dobles es, tal vez, el punto de mayor diferencia. Cilic junto a Ivan Dodig forman un buena pareja que barrió a los franceses y, al tener en cuenta que Argentina no cuenta con doblista puros, puede haber ventaja para los balcánicos.
Para Argentina será la quinta final de su historia (cuarta en los últimos 11 años) después de caer en Cincinnati 1981 (vs. Estados Unidos), Moscú 2006 (vs. Rusia), Mar del Plata 2008 (vs. España) y Sevilla 2011 (vs. España). Por primera vez se ve un “equipo” en toda su dimensión, donde no prevalecen las individualidades y todos tiran para el mismo lado con el único objetivo de alzar, de una vez por todas, La Ensaladera de Plata.
Por Matías Calvo y Rodrigo Diz