Todos los martes, de 20 a 24 en el bar Santos 4040, Santiago Vázquez, creador y exintegrante de «La Bomba del Tiempo», junto con otros músicos destacados generan una fiesta cada vez más concurrida por los habitantes de Capital Federal. Este proyecto de Vázquez es el grupo llamado “La Grande”, que se maneja con un sistema de lenguaje de señas y está llamando la atención de muchos artistas conocidos que quieren sumarse.
Este bar de la calle Santos Dumont 4040 atrae la atención de muchas personas que habitan o que andan de paseo en la Ciudad de Buenos Aires por ser una pequeña salida de entre semana que cuenta con actividades de gran entretenimiento. El principal: la banda La Grande. Vázquez, con señas, comunica y guía a los demás integrantes de la banda durante la pieza musical señalando los caminos que recorrerán. Otra de las particularidades de esta banda es que todo lo que presentan en vivo son improvisaciones, los músicos pueden llegar a requerir alguna base o melodía para poder guiarse un poco, pero el ambiente y demás aspectos de la pieza simplemente se van creando a medida que avanza. Para poder lograr esto se necesita una buena conexión entre los músicos y una interpretación correcta de las señas, para eso cuenta con un grupo muy experimentado de músicos que interpretan diversos instrumentos de percusión, de viento y cordófonos. La banda está conformada por: Santiago Vázquez (batería, percusión, idea y dirección), Pablo Bendov (batería y percusión), Alejandro Franov (teclados), Mariano Domínguez (bajo), Javier Mattano (guitarra), Mauro Serechian (contrabajo), Ramiro Flores y Juan Canosa (vientos). El grupo ya tuvo giras por Europa y planean nuevos viajes en el futuro.
Este evento cuenta con un invitado especial cada martes, quien participa con los integrantes de la banda en el primer bloque de la noche. Algunos de los artistas que participaron fueron Juana Molina, Miss Bolivia y hasta la artista mexicana Julieta Venegas. Los invitados se divierten dentro del escenario como si todo fuera un juego. En distintas ocasiones, se le da participación al propio público, que baila y repite las melodías generadas por alguno de los artistas en forma de coro.
En el segundo bloque de la noche se invita a persona del público que quieran participar en los experimentos musicales que se hacen en el escenario. Para eso hay que inscribirse en un papel, en donde se anota el nombre y el instrumento que se quiere tocar. La idea es darle la oportunidad a todos de participar libremente de la tocada. En el tiempo entre los dos bloques y posterior al segundo, los DJs residentes Villa Diamante y Pato Smink, integrantes del trío “Diamante-Moya-Smink” que participó del Lollapalooza este año, pasan y tocan música bailable para que no se pierda el ambiente de fiesta y siga el disfrute de la gente, que arma rondas de baile donde se puede ver, por ejemplo, las destrezas de gran parte del CAD (Combinado Argentino de Danzas) en el baile.
Alejandro Mazzei está a cargo de la producción general de este evento y es el manager tanto de La Grande como de los DJs que participan del evento, siempre está presente, desde los inicios de esta fiesta. “Esta fiesta salió más desde una necesidad que de una idea. Me di cuenta que faltaba un espacio para que suene La Grande y aparte de la banda sumarle más cosas: DJs anfitriones, el CAD mezclado, la pintura y el juego y contaba con el espacio para que se entrenaran los bailarines del CAD. Desde la producción de La Grande nos interesa mucho la mezcla, me parece muy hermoso cuando Juana Molina se mezcla con una persona sin tanta experiencia que quiere una oportunidad en el escenario. Más allá de eso, la idea de La Grande es de Santiago (Vázquez) y él también propuso la idea de invitar a la gente a sumarse en el escenario. Todo esto termina en un marco para mezclarnos, que me parece que ahí está lo rico”, contó Mazzei al ser preguntado sobre cómo nació la idea de hacer este evento.
Santos 4040 también cuenta con una barra de tragos y de cervezas artesanales y otra donde se vende comida vegetariana. Los otros entretenimientos disponibles, fuera de la pista de baile, son un sector donde se puede pintar sobre unas pizarras y cartulinas que luego se colocan en las paredes del lugar, y otro espacio donde se pueden jugar tanto tenis de mesa como metegol. Tiene también, al lado del bar, una zona de estar donde las personas pueden hablar entre ellas tranquilamente. Las edades de los concurrentes ronda entre los 20 y 50 años. Esta fiesta viene desde hace más de un año con continuidad y no hay señales de que vaya a cambiar eso por un buen tiempo.
Por Pablo Smink