El presidente Barack Obama y su par ruso, Vladimir Putin, no lograron llegar a un acuerdo en la extensa charla de 90 minutos llevada acabo en el G20 de China, acerca de dar la indicación de alto el fuego en Siria para que se permita aumentar el envío de ayuda humanitaria. La discrepancia se produjo debido a que el estadounidense no confía en que se cumpla el pacto, y en la conferencia de prensa, al terminar la cumbre, declaró: “Es una obra muy delicada. Son negociaciones difíciles. Mantenemos graves diferencias con los rusos, tanto en lo que respecta a quiénes apoyamos como al proceso que hace falta para conseguir la paz en Siria. Es prematuro decir que tenemos el camino despejado, pero existe al menos la posibilidad de que logremos algún progreso”
Mientras la reunión es postergada, las fuerzas armadas turcas (respaldadas por Estados Unidos) sufrieron las primeras bajas causadas por grupos yihadistas desde que inició el “Escudo del Eúfrates”. En una presentación pública el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, expuso: “Esta operación es realizada por tierra y por aire contra la ciudad siria de Yarabus, el último bastión del ISIS en la frontera entre ambos países, y PYD, el principal partido kurdo de Siria, que dirige las milicias YPG”. La intervención de este ejército será uno de los puntos centrales en la próxima reunión entre Obama y Putin.
Por su parte, el régimen sirio lanzó gas cloro sobre los civiles en Alepo, por lo que, al menos 71 personas, entre las cuales se encontraban mujeres y niños, debieron ser tratadas por dificultades respiratorias.
Esta guerra, iniciada en el 2011 por los rebeldes contra el gobierno Sirio, al mando de Bashar Al-Assad, se ha convertido en una guerra internacional debido al apoyo que reciben ambas partes, principalmente proveniente de Rusia, Estados Unidos, Arabia Saudita,Turquía y de otros países occidentales y del Golfo Pérsico.
El fin de esta guerra se ve todavía muy lejos y cada vez son más las vidas perdidas.