Cuatro derrotas y una victoria no reflejan un buen desempeño de «Los Gladiadores», el seleccionado argentino de handball, en los Juegos Olímpicos Río 2016, sin embargo, el equipo tuvo buenas actuaciones y momentos de lucidez. A pesar de errores claros, como la precipitación sobre el final ante Croacia, los jugadores nunca dieron un partido por perdido y así hacían sentir al público esperanzado.
El primer obstáculo de Argentina fue Dinamarca, que superó en el marcador al conjunto nacional por 25 a 19. Matías Schulz hizo todo lo posible para mantener la paridad en el primer tiempo y así fue. El entretiempo finalizó sin diferencias en goles en un duelo muy parejo y dinámico, con golpes y contragolpes continuos. De todas maneras, en el segundo tiempo, el plantel de Eduardo Gallardo no mantuvo la intensidad en el juego, los daneses sacaron ventaja en el resultado y el encuentro se hizo cuesta arriba. Argentina nunca pudo achicar la diferencia y las esperanzas de comenzar con el pie derecho se derrumbaron.
La clasificación se complicó al perder frente a uno de los grandes equipos del torneo: Croacia. No fue fácil jugar de igual a igual ni mucho menos mantener la ventaja en varios momentos del partido, pero Argentina lo logró con buenas actuaciones de Pablo Simonet y Federico Pizarro, quienes se destacaron por el desequilibrio individual. También fue clave la efectividad de Federico Fernández para mantener el resultado a favor, hasta que el conjunto europeo consiguió descontar y emparejar las cosas. Hasta el último minuto, nada estaba resuelto, el cotejo estaba igualado en 26 unidades por lado y Argentina tenía la última posesión de pelota. Sin embargo, cuando era necesario cuidar el balón y ser efectivos, el seleccionado albiceleste apuró el ataque, entregó la oportunidad de convertir y Portela se vio obligado a cometer falta para retardar lo que se veía irremediable: la victoria croata.
Llegó el tercer obstáculo del recorrido y quizás el más difícil: Francia. El último campeón mundial hizo valer toda su jerarquía y el partido terminó como la lógica lo indicaba, a pesar de situaciones en las que hubo igualdad o emparejamiento, Los Gladiadores se quedaron con las manos vacías y fueron derrotados por 31 a 26. Tras una mala racha en los primeros minutos, en los que el equipo no convirtió, el rendimiento ascendente en ataque de Federico Fernández y Vainstein ayudó a descontar la distancia. No obstante, una doble exclusión de Vidal y Portela, agrandó a los franceses que mantuvieron la misma intensidad durante los sesenta minutos y el equipo de Gallardo no pudo revertir el resultado en ningún otro pasaje del duelo.
Para lograr la clasificación a cuartos de final, Argentina se impuso por 23 a 21 contra Túnez y debía, luego, ganarle a Qatar. Las esperanzas estaban vivas todavía, ya que los jugadores de blanco y celeste demostraron que están al nivel. Complicaron a las potencias mundiales y hasta pudieron haber ganado, como en el choque con Croacia. Sin embargo, la habilidad de Pizarro en el mano a mano, la técnica de Pablo Simonet, las grandes salvadas de Schulz y los goles de Fernández no fueron suficientes para pasar de ronda. Aunque superaron al equipo africano, Los Gladiadores no pudieron con Qatar y se quedaron en el recorrido al podio. Es meritorio el trabajo que realizaron en la cancha, desplegaron un enorme potencial y, si bien, complicado fue el grupo, las ganas y el hambre que tuvieron de triunfar, se hizo notar en todos los espectadores.
Joaquín Mazzetti
2° B. Turno mañana