Porque el arte es lo único que nos permite
dejar una huella en este mundo
Intouchables – 2011
La frase del epígrafe sigue aún resonando en la cabeza de aquel espectador que entre las risas logró captar el mensaje del autor; un mensaje que esconde mucha verdad detrás de simples palabras, porque en el fondo existe ese miedo a ser olvidado, y aunque gran parte de las veces se busca la felicidad, pocas veces se acepta que en realidad es encontrada en el otro, en ese sello que deja en nosotros.
No leerán un breve resumen de una película que ya han visto, tampoco será la intención enumerar razones para convencerlos de que se tomen 107 minutos para disfrutar del estupendo cine argentino. Estas humildes líneas quieren ser una huella, una huella como la que ambos actores, Rodrigo de la Serna y Oscar Martínez, en Inseparables dejarán incluso en aquellos que ya disfrutaron del film francés, Amigos intocables, estrenada en el año 2011.
Desde dolor de vientre, hasta mejillas húmedas, pasando por sensaciones imborrables que te obligan a mantenerte pegado a la butaca y dejar atrás celulares y pochoclos, sentirán si se sumergen en esta historia real, que por más tragicómica que sea, causa una tierna y tranquilizante marca para los espectadores de casi todas las edades. Más allá del relato principal de la hermosa amistad, capaz de superar las fronteras económicas, sociales y raciales, los dos films demuestran de manera similar, como también atemporal, la actualidad humana de muchos discapacitados o ancianos, que por hechos desafortunados de la vida deben permanecer postrados, como lo difícil que les es salir adelante sin ayuda, con el triste deber de afrontar la desolación o las múltiples compañías. Pues quién no se imagina o recuerda a un ser querido en el lugar de ‘’Felipe’’, quién no se sintió conmovido en el fondo por su situación y pensó ‘’tengo que hacerme un tiempo más seguido’’, ‘’me gustaría tener una amistad así’’ porque es justamente eso lo primordial, y una misiva tácita pendiente en más de uno.
Por su parte, la remake criolla, dirigida por el creador de Elsa & Fred, Viudas y Corazón de León, optó por respetar esta esencia de la versión original, pero con la particularidad de los rasgos argentinos imposibles de pasar por alto: música, lenguaje, gestos y un hermoso recorrido por la tierra porteña. Detalles que identifican al espectador, y probablemente hayan sido centrales para que el film se convirtiera, en pocos días, en un gran éxito. Más teniendo en cuenta que compite con Escuadrón suicida, película de Hollywood muy esperada por miles de espectadores. Sin embargo, rompió con las expectativas y como no es de esperar en el país, Marcos Carnavale se arriesgó, apostó por la adaptación y consiguió grandes resultados, por la genialidad de los actores y el cuidado que se sostuvo en los aspectos más pequeños, no fue una versión más y se llevó todos los aplausos.
Una película que provoca la de discusión en el auto eligiendo la escena que gustó más, la recomendación al día siguiente en la escuela o en el trabajo y el comentario de estas líneas que, también a su manera, buscan dejar su marca.
Por Nayla Álvarez