El maltrato hacia las mujeres en el país se ve reflejado con gran frecuencia en las tapas de los diarios y los títulos de la televisión. Se trata de una problemática que a medida que fue creciendo también hizo aumentar el estupor y el rechazo de la comunidad.
El año pasado, un grupo masivo de mujeres salió a las calles de Buenos Aires para reclamar por sus derechos y exigir tanto al Gobierno como a la sociedad ser respetadas. El 3 de junio de ese año fue un punto de quiebre para hombres y mujeres, que desde ese día entendieron la magnitud del problema que aqueja a muchas personas.
Las cifras en el país demuestran que cada 30 horas es asesinada una mujer, sólo por el hecho de serlo. Estos datos se pueden contrastar con los del año 2008, que arrojaron un total de una víctima cada 40 horas.
En una estadística más cercana, La Casa del Encuentro, pionera en sus mediciones, dio un resultado muy claro: entre el 1° de junio de 2015 y el 31 de mayo del actual año, hubo un total de 275 femicidios, lo cual muestra que un total de tres mujeres son asesinadas cada cuatro días. Los promedios de edad de estas víctimas son entre los 19 y los 50 años, y el dato más preocupante es que en casi el 80% de los casos, los victimarios eran familiares: esposos, parejas, novios, padres y padrastros, vecinos e incluso hijos. Sólo en 59 casos de los 275 no eran parientes.
El crimen de Chiara Páez (14 años), asesinada el 10 de mayo de 2015, en Rufino, Santa Fe, por su pareja de 16 años, fue el detonante de la primera movilización, que logró una gran convocatoria: consiguió juntar más de 150.000 personas en Plaza Congreso.
Además de aquella, muchas más movilizaciones se vieron en las demás provincias del país, como Santa Fe (20.000 personas), Córdoba (40.000), Mendoza, Salta, entre otras, con un total de más de 70 ciudades que salieron bajo la consigna “Ni una menos”. Muchos familiares, no sólo mujeres, sino también niños y hombres, se juntaron para pedir justicia por sus seres queridos que sufrieron violencia o terminaron como Micaela Ortega, la niña de 12 años asesinada por un joven que conoció a través de las redes sociales en Bahía Blanca.
Al cumplirse un año de la movilización porteña y sin verse cumplidos los objetivos, aún existiendo una ley (la 26.485, de 2009) que ampara a las víctimas de femicidio, el pueblo salió a reprochar y repudiar un comportamiento que no muestra una corrección. Tanto hombres como mujeres se hicieron presentes para pedir por la igualdad y la sanción ejemplar para los victimarios, pero teniendo claro que para el cambio primero se tiene que generar una cultura-conciencia en los hombres y en las nuevas generaciones.