La automedicación es la administración de fármacos por voluntad propia sin la indicación ni supervisión médica, lo cual puede conllevar a riesgos insospechados para aquel que lo realice. La mayoría de los medicamentos que se utilizan para tratar las enfermedades o trastornos pasajeros pueden tener efectos adversos y contraindicaciones si la persona se aparta de la dosis diaria y la posología recomendada (cantidad de veces en el día que debe ser ingerido.). Un individuo que se automedica puede experimentar algún tipo de daño en su salud debido al desconocimiento de las indicaciones, contraindicaciones, efectos adversos, dosis terapéutica e interacciones medicamentosas.
Este es un problema presente en todos los grupos etarios en la Argentina, ya que es considerado un flagelo en lo que respecta a la salud pública. Según un informe del Sindicato Argentino de Farmacología y Bioquímicos, en nuestro país mueren 75 personas por año por el uso indebido de fármacos simples como antiespasmódicos, analgésicos, antibióticos y psicofármacos; salvo estos últimos, los demás son en su mayoría de venta libre y no necesitan una prescripción médica.
“La difusión de estos productos en los medios de comunicación incrementa sensiblemente la necesidad de consumirlos”. María Isabel Toledo, farmacéutica y magister en Nutrición, coordinadora del Área de Capacitación y Responsabilidad Social del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, explica que “La publicidad que constantemente bombardea a los posteriores usuarios con que el uso de un medicamento para un dolor en especial es positivoy además les puede dar felicidad y hacerlos sentir mejor”.
Según Diario Popular, al ser consultados, ocho de diez personas mayores de 18 años, reconocieron que se automedican ante el primer signo de dolor o inflamación.
Marcelo Peretta, titular del Safyb, explica que “el sindicato expresa su preocupación por este mal que cada vez aqueja a cada vez más gente en la Argentina y a nivel mundial y que quiere que se tomen medidas al respecto (campañas de concientización, publicidades en contra de la automedicación, educar a todos los grupos etarios sobre las consecuencias de ésta, venta bajo receta de algunos medicamentos, etc.).
“Las consecuencias de la automedicación pueden llegar a ser mortales. Erupciones, gastritis, daños hepáticos, convulsiones, accidentes cerebrovasculares, entre otros. El peligro de desembocar en conductas fármaco-dependientes con alteraciones psíquicas hasta cuadros psiquiátricos. Por otro lado, el mal uso de antibióticos en distintos cuadros clínicos puede llevar a que la resistencia antibiótica”, agrega.
Algunos consejos para evitar automedicarse son: que toda orden médica sea prescrita por un profesional, respetar las indicaciones del galeno, informarle si está tomando otro fármaco aparte del que prescribió o si sufre problemas de salud para tener complicaciones con el tratamiento actual del paciente. Además, seguir un control sobre los medicamentos que tenemos en nuestro hogares, porque los jóvenes los podrían usar para mezclarlos con bebidas alcohólicas.