La proyección de la denominada «Súper Liga» tiene en vilo a propios y extraños en el marco del Fútbol Argentino.
La «Súper Liga» propone una escisión rotunda en la organización del fútbol argentino tal y como se la conoce desde el nacimiento del profesionalismo en 1931, aunque en el interior de AFA se sugiere que su implementación, anunciada por quienes la impulsan ya para los próximos torneos de primera división y de la B Nacional de agosto próximo, obedece más a factores de presión de cara a las elecciones del 30 de junio que a un auténtico proceso de renovación.
Los 11 clubes que hoy en día van detrás de este proyecto son cuatro de los cinco grandes: Boca Juniors,
San Lorenzo, Racing Club y River Plate (aunque en los últimos tiempos su presidente, Rodolfo D’onofrio, no concurre a las reuniones pertinentes), más Estudiantes de La Plata, Vélez Sarsfield, Newell’s Old Boys, Huracán, Banfield, Temperley y Unión de Santa Fe.
En tanto el otro grande de los cinco tradicionales, Independiente, transitoriamente está fuera porque su titular, Hugo Moyano, tiene aspiraciones de presidir la AFA pero esta voluntad entra en colisión con el mismo deseo de su yerno, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, presidente de Barracas Central que cuenta con el apoyo de la mayor parte de los clubes del ascenso y de las Ligas del Interior.
Otros que no están entre esos 11 «escindidos» son Lanús y Belgrano, de Córdoba, cuyos respectivos presidentes, Nicolás Russo y Armando Pérez también manifestaron sus intenciones de convertirse en los sucesores de Luis Segura, que esta misma semana deslizó que declinará su postulación para los comicios del último día de junio.
El formato similar al del fútbol español consiste en la conformación de un organismo que excede el ámbito de contralor y organización de la AFA, abarca exclusivamente los campeonatos de primera división y la B Nacional, y se financia con aportes de sponsors y auspiciantes privados.
Para la órbita de la AFA quedan entonces los restantes torneos de ascenso, desde la Primera B a la D, más los Federales y de Ligas del Interior que responden al Consejo Federal, y fundamentalmente todo lo que contenga al seleccionado nacional y todas sus diferentes categorías.
De este proyecto se interiorizó en profundidad en los últimos días el presidente de Estudiantes de La Plata, Juan Sebastián Verón, y tras consensuarlo con sus pares que lo impulsan, fue trasladado a las autoridades del gobierno nacional, quienes vieron con buenos ojos el autofinanciamiento de las dos máximas competiciones futbolísticas a nivel nacional porque entonces el Estado no tendría que poner ni un peso.
En España el campeonato de primera división es manejado por la denominada Liga de Fútbol de España (LFP), mientras que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) es la que maneja a los clubes de ascenso y el seleccionado nacional.
Hace 33 años y luego de viajar a Europa, el fallecido Najnudel propuso algo similar para el básquetbol, y pese a las resistencias dirigenciales del momento, su propuesta finalmente prosperó y se creó la Asociación de Clubes de Básquetbol (AdC), tutora de la Liga Nacional, que abarcó también al Torneo Nacional de Ascenso (TNA). Para la Confederación Argentina (CABB) quedaron las restantes competiciones y, por supuesto, el seleccionado.
Y el seleccionado se conformó, justamente, con las figuras surgidas de la Liga Nacional, por caso Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto, Juan Ignacio Sánchez, Luis Scola y compañía, todos componentes de la ‘Generación Dorada’ que obtuvo los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Claro que el fútbol no es como el básquetbol, obviamente, porque los mejores exponentes del ‘balompíé’ argentino están fundamentalmente en Europa, justamente en esas «súper ligas’ en las que ellos pudieron crecer y a las que llegaron desde sus orígenes futboleros en los poco marketineros potreros argentinos.
Por eso, mientras los caminos hacia una conducción de AFA que dejó ‘vacante’ Julio Grondona el 30 de julio de 2014 conducen hacia una elección que se celebrará exactamente un mes antes de cumplirse los dos años de su fallecimiento (el 30 de mayo expira el plazo para la presentación de candidatos que deben contar invariablemente con siete avales), hoy el vicepresidente sanlorencista Marcelo Tinelli habló con poco convencimiento de un «candidato de consenso» y abonó más por la idea de una ‘Súper Liga’ presidida justamente por él, mientras que la titularidad afista quedaría para ‘Chiqui’ Tapia.
Para modificar los campeonatos antes de 2020, según lo previsto en la Asamblea de AFA de 2014, es necesario contar con la aprobación de las tres cuartas partes del Comité Ejecutivo que, a su vez, debe refrendarlo en otra Asamblea Extraordinaria con el mismo porcentaje de convalidación de los asambleístas. Claro que se desconoce actualmente donde están esos reglamentos que todos dicen (o decían) que están «para cumplirlos».
Super Liga, Superpibes
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